Educación tecnológica en Colombia

Una vez más nos reunimos aquí, en una ceremonia sencilla pero impregnada de ese alto espíritu académico que nos hemos propuesto infundirle al CEIPA, para dar testimonio público, con la autoridad que nos confiere la ley y el conocimiento que tenemos de todos y cada uno de los tecnólogos que hoy se gradúan, de que ellos, no solamente han cumplido con las exigencias académicas para optar a este título, sino también de que son idóneos para el ejercicio de su profesión de tecnólogos.

La profesión de tecnólogo, si bien es nueva dentro de nuestro sistema formal de educación, no lo es tanto respecto a la génesis de las profesiones.

En efecto, tecnólogo es aquel que conoce y maneja una técnica, y la pone al servicio productivo, buscando la optimización de los recursos tanto humanos como naturales.

El “teknites” griego hacía cosas; cosas, como una rueda, una palanca, un carruaje.

Pero la verdad es que en este hacer surgió la necesidad de pensar en esas cosas que hacía, de pensar en el por qué de ellas, en sus leyes y sus mecanismos y sus implicaciones, originándose así lo que hoy llamamos ciencia.

Desde este punto de vista, el hombre que maneja la “Tekné” no es inferior frente al que se ocupa en la reflexión sobre las cosas. Es, simplemente diferente; y ser diferente no significa necesariamente ser inferiores.

Es interesante reflexionar, así sea brevemente, sobre el significado de la educación tecnológica, porque el peso de la universidad tradicional en la opinión pública, como única vía de profesionalización existente en nuestro medio, hasta hace poco, nos puede llevar a creer que solamente quien se forma en las carreras largas es profesional de la educación superior.

Pero, quienes estamos empeñados en la educación tecnológica en Colombia somos conscientes de que estamos haciendo educación superior, de que tenemos que contribuir, y estamos contribuyendo a la innovación del sistema de educación superior colombiano, y de que tenemos el reto de demostrarle al país entero que la educación tecnológica está llamada, tanto como otras modalidades de la educación superior, a contribuir eficazmente al desarrollo integral de Colombia.

Estamos haciendo educación superior, no solamente porque estamos trabajando a partir de la terminación de la educación media, sino porque, al formar a nuestros profesionales en el saber hacer de una profesión, lo estamos haciendo sin mengua del saber pensar.

El tecnólogo recibe una educación que es superior porque desarrolla sus aptitudes intelectuales, para que sepa discurrir con propiedad y con profundidad en las deliberaciones en que le corresponda actuar, lógicamente en el área de competencia de su profesión.

Su educación es superior porque le suministra al educando un conjunto de conocimientos sobre una de las ramas del saber, forma su espíritu para el discernimiento y la acción creadora.

En una palabra, es una educación que le da cultura, entendida esta no como un acervo de las conquistas del pensamiento humano, sino como la reflexión sobre la acción y la vida.

La educación tecnológica es también educación superior, porque es integral, es decir, forma profesionales en múltiples campos de la actividad humana, no con las limitaciones de la formación ocupacional, que únicamente desarrolla destrezas para un oficio determinado, sin con la riqueza que dan los niveles superiores de la educación, en los que, al formar al hombre para el ejercicio de una profesión determinada, se le dan herramientas para que, a partir de lo recibido, desarrolle su creatividad, perfeccione sus conocimientos a través de una especialización, tenga la plasticidad suficiente para adaptarse a las circunstancias cada vez más cambiantes del mundo contemporáneo, y aún, para la reconversión profesional, tan exigida en el mundo de hoy.

Somos conscientes también de que tenemos que contribuir, y en efecto estamos contribuyendo, a la innovación del sistema de educación superior colombiano.

En el CEIPA se profesa la convicción de que la educación superior es un sistema, y no únicamente una denominación que conviene a un conjunto de instituciones que forman profesionales.

Creemos que es un sistema en el cual cada una de las partes que lo integran tiene su identidad definida, su razón de ser, tanto en sí, como en función del todo del cual forman parte, y que su funcionamiento armónico depende del reconocimiento que se haga de lo anterior y de la integración que se logre entre sus diferentes partes.

En otras palabras, la universidad, las instituciones de educación tecnológica, los politécnicos, las instituciones que perfeccionan profesionales, etc., cada una tiene su razón de ser, tiene su identidad originada en sus objetivos, tiene su carácter de institución superior, y por ello, existe entre todas ellas un plano de igualdad, ése, el de hacer todas educación superior.

Creemos también que en este sistema caben modalidades. Una de ellas es la universidad; otra, la educación tecnológica.

Hablamos de modalidades, no de categorías, porque entendemos que la categoría es propia de cada institución, y que se origina no en el hecho de que sea universidad, o de que ofrezca una amplia gama de programas, o de que posea un grande y lujoso campus universitario.

En el CEIPA entendemos que la categoría de las instituciones se origina en la calidad de sus acciones, así estas se ejerzan a través de un solo programa, y en una modesta residencia, acondicionada para que sea funcional a los requerimientos del programa que ofrece.

Creemos también que estamos contribuyendo a la innovación del sistema de educación superior de Colombia, porque estamos demostrando que hay nuevas formas de profesionalización diferentes a las existentes tradicionalmente en el país.

Lo anterior no significa que pretendamos afirmar la obsolescencia de la universidad colombiana; significa, sí, que estamos respondiendo a las nuevas exigencias planteadas por el proceso de desarrollo que en la actualidad se opera en nuestro medio.

Estamos formando un nuevo tipo de profesional, diferente al que viene formando la universidad colombiana.

Un tipo de profesional que no es superior, ni inferior al universitario; es un tipo de profesional formado en una cultura general, con un desarrollo específico en el saber hacer, con una información ocupacional centrada en el medio en el cual le tocará trabajar, dentro de una filosofía de educación permanente, que le garantice a él como persona, y a su empleador, que posee las armas necesarias para no caer en la obsolescencia.

Por estar su formación centrada en el saber hacer que exige nuestro medio, no puede confundírsele con el obrero calificado; ni afirmarse que es un profesional inferior; tampoco porque se desarrollen sus aptitudes intelectuales a través de una cultura general y superior que recibe puede afirmarse que es superior a otro tipo de profesionales.

El tecnólogo es simplemente un profesional diferente; pero un profesional del nivel superior.

También estamos contribuyendo a la innovación de la educación superior del país en el aspecto de la administración de la educación.

La administración que se está haciendo en algunas instituciones de educación tecnológica nos demuestra que hay buenos criterios de planeamiento y de administración curricular que acusan creatividad y eficiencia.

En fin, estamos convencidos en el CEIPA de que la educación tecnológica que hacemos constituye un valioso aporte al desarrollo integral de Colombia; lo constituye, por la variedad de profesionales que forma, por lo que innova el sistema educativo, por lo que contribuye a mejorar las condiciones de empleo existentes, y a generar nuevas fuentes de empleo, y sobre todo, porque busca la formación de un profesional que responda con propiedad y eficiencia, a las nuevas exigencias planteadas por nuestro actual proceso de desarrollo.

Esta es, señoras y señores, nuestra labor, y este nuevo grupo de tecnólogos que hoy se gradúa, el fruto, el testimonio, el gran aporte que hoy presenta el CEIPA al país, para que contribuya con su labor a su prosperidad y progreso.

Al felicitar muy sinceramente a los nuevos Tecnólogos en Comportamiento Industrial, Administración de Empresas y Contabilidad y Costos, así como a sus familiares y amigos, me es grato desearles muchos éxitos en su ejercicio profesional.

Antonio Mazo Mejía
Medellín, 28 de junio de 1978

Antonio Mazo Mejía - Fundador CEIPA
"La educación superior es una educación que da cultura, entendida esta, no como un acervo de las conquistas del pensamiento humano, sino como la reflexión sobre la acción y la vida".
Antonio Mazo Mejía - Fundador CEIPA
Antonio Mazo Mejía
Fundador CEIPA