Autonomía e independencia del CEIPA

Cuando ya el CEIPA se acerca al próximo decenio de sus actividades, y cuando durante él ha formado cerca de novecientos profesionales en sus diferentes programas, me parece oportuno reflexionar, así sea brevemente, sobre algunos aspectos de la filosofía que informa a nuestra Institución.

Lo considero oportuno porque frecuentemente se tiende a valorar las instituciones por sus acciones externas, por sus aspectos cuantitativos, por lo que en ellas aparece a la percepción superficial y fácil, más que por los objetivos que ellas se han fijado, y por la filosofía que las fundamenta.

Por ello, quiero referirme hoy a la autonomía y a la independencia, como elementos fundamentales, aunque no únicos, de la filosofía del CEIPA.

Desde su fundación en enero de 1972, se consideró la autonomía como una nota esencial de la filosofía de la Institución.

Entendemos la autonomía en el CEIPA como una capacidad de autodeterminación que debe informar toda la vida institucional a través de sus diferentes manifestaciones en lo académico, en lo administrativo y en la proyección a la comunidad.

Esta concepción de autonomía implica que la Institución, en tanto que universitaria, no esté comprometida sino con la búsqueda científica de la verdad; buscar la verdad, con independencia, sin ser constreñida, sin otro compromiso que el de la verdad misma, sin otro interés que el de hallar la verdad, constituye la nota esencial de su autonomía moral.

Esta nota ha sido una constante de la institución universitaria, desde cuando el en siglo XIII, maestros y estudiantes se separaron de la escuela catedralicia de Notre Dame en París y se ubicaron en la Montaña de Santa Genoveva, no muy lejos físicamente de la catedral, pero sí muy lejos de los objetivos de la escuela de Notre Dame; allá se estudiaba fundamentalmente para ingresar a la clerecía; al reunirse maestros y alumnos en la Montaña de Santa Genoveva, no buscaban más que la verdad por la verdad; fue esa la génesis de la institución universitaria.

La universidad nació pues por la necesidad de buscar la verdad por la verdad; es eso lo que la constituye, lo que la justifica, lo que la dignifica, y lo que la caracteriza y la sostiene.

Cuando una institución universitaria claudica frente a este principio de buscar la verdad por la verdad, y se compromete con verdades parciales, o con verdades que se postulan como la única verdad, la institución se conmueve, el conflicto se genera y la autonomía se desmorona.

Ejercer con dignidad esta autonomía, custodiarla celosamente, garantizarla con firmeza y defenderla con denuedo, es obligación fundamental de quienes integran la comunidad universitaria.

Y es obligación también de los gobiernos y de la sociedad entera, porque son ellos los mayores beneficiados con la acción universitaria, como que gracias a ella, sociedad y gobierno pueden contar con profesionales calificados, con descubrimientos que garantizan su progreso, y con innovaciones tecnológicas que aceleran su desarrollo.

En esta concepción de autonomía y en su digno ejercicio, se fundamenta la independencia y la libertad de la institución universitaria.

El CEIPA desde su fundación en 1972 se propuso ser una institución independiente en lo ideológico, en lo político y en lo financiero, pues no de otra forma podría garantizarse la autonomía de su ser y de su hacer.

Durante su existencia no ha estado comprometido, y confiamos no estarlo en el futuro con ninguna ideología o sistema filosófico, ni religioso, ni ideológico, ni político; su único compromiso ha sido y será la búsqueda científica de la verdad; por lo tanto en él caben todas las teorías, hipótesis, doctrinas, sistemas, etc., a condición de que su enfoque sea eminentemente científico.

Todo proselitismo será considerado y sancionado como un factor que desvirtúa la autonomía moral, fundamento de la acción intelectual seria.

En lo político, el CEIPA se ha mantenido, y se mantendrá al margen de los intereses de los partidos; todos los integrantes de la comunidad CEIPA, podrán convivir en él, sea cual fuere su filiación política, pero ésta no influirá ni en su selección, ni podrá traslucirse en su acción.

La institución como tal, no se vinculará a ningún partido político, ni tomará parte en ninguna justa política.

El deber del CEIPA no será formar hombres para los partidos políticos, sino hombres capaces de una opción política, responsable y libre.

En estos postulados anteriores se fundamenta la autonomía del CEIPA, la cual se ha ejercido con dignidad durante sus diez años de existencia, dignidad a la cual no estamos dispuestos a renunciar, porque a las dignidades no se renuncia, y autonomía que defenderemos con denuedo, porque en ella está cimentada la grandeza y libertad de nuestra institución.

He querido hacer estas breves reflexiones sobre la autonomía institucional del CEIPA, porque, además de considerar conveniente que esta filosofía institucional se conozca, encuentro en ella un mensaje apropiado para quienes hoy se gradúan: sed autónomos e independientes en vuestro ejercicio profesional.

La realidad actual de Colombia, en donde impera la corrupción, campea la mediocridad y prevalece la contemporización, no tiene otra alternativa de solución que la acción responsable, decidida y firme de hombres de bien; y hombres de bien, sólo pueden ser quienes sean autónomos e independientes.

La autonomía os hará independientes, responsables, libres. Y la independencia, la responsabilidad y la libertad en vuestro ejercicio profesional y en la toma de vuestras decisiones, os darán el éxito, que sinceramente os deseamos a todos en el futuro.

Antonio Mazo Mejía
Medellín, 11 de diciembre de 1981

Antonio Mazo Mejía - Fundador CEIPA
"La universidad nació pues por la necesidad de buscar la verdad por la verdad; es eso lo que la constituye, lo que la justifica, lo que la dignifica, y lo que la caracteriza y la sostiene".
Antonio Mazo Mejía - Fundador CEIPA
Antonio Mazo Mejía
Fundador CEIPA