Profesionales al servicio de la educación

Porque concebimos la educación como un proceso de crecimiento personal, la culminación de etapas, como lo es la terminación de una carrera, constituye una conquista que nos llena de satisfacción, de optimismo y de alegría.

Porque a través de la educación que hemos recibido somos más, hemos adquirido el compromiso de dar más, de servir más y mejor.

La sociedad espera, reclama, hoy más que nunca, y mañana más aún que hoy, que los profesionales que estemos a su servicio ejerzamos un liderazgo a través de la idoneidad en el desempeño de nuestra profesión, para que nuestra acción influya decisivamente en el perfeccionamiento de esa sociedad.

Porque somos conscientes de esa responsabilidad, tenemos que dejar también en nuestra acción la impronta de los auténticos valores humanos: La responsabilidad, la lealtad, la rectitud, la verdad, la libertad, la justicia.

Porque son los valores los que realizan al hombre, no podrá haber progreso en la sociedad mientras todos y cada uno de sus miembros no se identifiquen en la concepción axiológica que la redime, y no se comprometan unánimemente en una audaz, profunda y continua acción para alcanzarlos.

Porque mientras no se cumplan los auténticos valores que realizan al hombre, no podrá haber en la sociedad ni libertad, ni equidad, ni justicia, ni paz, somos nosotros los hombres, los únicos responsables de nuestro propio destino.

El trabajar para que el hombre se realice como hombre, y con él la sociedad como tal, es contribuir a la conquista de la paz.

Porque la paz se fundamenta en la justicia, y la justicia implica el cumplimiento del deber y el respeto del derecho ajeno, sólo en la observancia de los valores que la garantizan, puede cimentarse una paz auténtica y duradera.

Porque “Las guerras nacen primero en el corazón del hombre”; porque la paz no se agota en la ausencia de la guerra; porque la paz tiene que ir más allá aún de la eliminación de la posibilidad de la violencia y el conflicto, quienes la necesitamos como elemento de vida, tenemos que comprometernos audazmente en su conquista.

Al felicitarlos por la importante etapa que hoy culmina en vuestras vidas, os invito a ejercer vuestra profesión, en una permanente prospectiva de primacía de los valores auténticamente humanos; esa será la clave de vuestro éxito; y esa será también vuestra mejor contribución a la paz; a esa paz que necesitamos con urgencia: esa paz que cada vez la ve más lejana nuestra esperanza cansada; esa paz, imprescindible para la vida de los pueblos y los hombres; esa paz que brilla lejos, marcando rutas y destinos, como la estrella de Belén, pero que como ella, nos orienta también hacia el puerto seguro de nuestra auténtica realización. Sigámosla.

Antonio Mazo Mejía
Medellín, 21 de diciembre de 1984

Antonio Mazo Mejía - Fundador CEIPA
"Porque a través de la educación que hemos recibido somos más, hemos adquirido el compromiso de dar más, de servir más y mejor".
Antonio Mazo Mejía - Fundador CEIPA
Antonio Mazo Mejía
Fundador CEIPA