Invitación a la rectitud y a la excelencia

Nos preparamos en el Tecnológico Universitario CEIPA para celebrar el año entrante 20 años de incesante y fecunda actividad.

Y es gratificante acercarnos a esa celebración, entregando hoy a la sociedad un nuevo contingente de profesionales, que como quienes les han antecedido, aportarán desde sus diferentes profesiones el bagaje de su idoneidad profesional, y sobre todo, su impronta de hombres de bien, en todas sus acciones.

Desde el radio de acción de cada una de sus respectivas profesiones, es mucho lo que hoy nos exige esta nuestra Colombia, que busca nuevos rumbos para enrutar su destino.

Quienes hoy se gradúan como Licenciados en Didáctica y Dificultades del Aprendizaje Escolar, tienen ya, o tendrán mañana en sus manos, el futuro de Colombia encarnado en los niños que se les confían.

Dos son las dimensiones fundamentales que han de atenderse en la construcción de ese futuro: La del ser y la del saber.

La del ser apunta a sembrar en esos niños los principios rectores que han de conducirlos a su plena realización como personas; ha de enseñárseles a ser responsables, a que conozcan sus derechos, a que cumplan sus deberes, a que sean respetuosos en la observancia de las normas, para que así aprendan a respetar las Leyes; a que sean disciplinados en la escuela y en el hogar, porque sólo así sabrán ser disciplinados mañana en la sociedad; que aprendan a convivir y a compartir con sus compañeros a través del trabajo y del juego, porque es allí y así como nutrirán su ser para un convivir pacífico y civilizado mañana; que tengan ideales para que así enriquezcan su existencia; en fin, que sean conscientes de su dignidad como personas, y de que están llamados a la trascendencia, porque nada ilumina tanto y le da sentido a la vida del hombre, como la religiosidad.

En la dimensión del saber, más que enseñárseles cosas, ha de enseñárseles a través de ellas, a aprender; enseñar a aprender es la misión de la escuela contemporánea; por eso el desarrollo de las facultades intelectuales del niño ha de primar sobre el inútil abarrotamiento de nociones y datos, en la mayoría de las veces ya obsoletos y carentes de aplicabilidad.

Hoy se vive en la civilización de la imagen y en una cultura predominantemente informatizada; saber pensar, analizar, elegir, decidir, comunicar, son imperativos aprenderes en el mundo de hoy.

Vuestra misión como educadores, pues, bien puede sintetizarse diciendo que os corresponde la formación de hombres, que como tales sobresalgan por sus principios y sus valores; y que en el ejercicio de sus facultades intelectuales se distingan por su eficiente desempeño en una cultura informatizada.

¡Ah!, y no olvidéis que la pedagogía es tanto más efectiva, cuando es afectiva; es decir, cuando se educa con amor.

Los egresados de las tecnologías en Administración de Empresas y de Personal tienen también una doble misión: La profesional y la humana.

Por la profesional, el compromiso es con la idoneidad, con la excelencia, con la optimización de los recursos que se administran, en una palabra, con el desarrollo del país; no sobra repetir hoy, que más que países o situaciones subdesarrolladas, lo que predomina es la sub-administración.

Y en lo humano, el compromiso es con la honestidad, con la rectitud, con la responsabilidad, con la integridad, con la justicia, con la verdad, en una palabra, con la ética.

Hoy, cuando en nuestro país se atribuyen tantos males a la corrupción imperante por doquier, nosotros, los egresados del CEIPA, tenemos que distinguirnos y sobresalir por nuestra honestidad; ese será el mejor aporte que hagamos al país.

Los egresados de la tecnología en Administración de Redes de Datos, además de los anteriores compromisos que a ellos también competen, llevan sobre sus hombros una grave responsabilidad: Son los primeros graduados de este programa; les corresponde abrir camino, haciendo camino al andar, para decirlo con Machado; la importancia de esta profesión, el prestigio del CEIPA, su futuro y el de los egresados que vendrán, todo está en vuestras manos, todo depende de vuestro idóneo desempeño profesional; desde el CEIPA estamos tranquilos; consolidar este programa no ha sido fácil; y podéis dar fe, y a fe que tenéis que dar la, de que no hemos ahorrado esfuerzos, para daros lo mejor; a vosotros ahora de demostrarlo.

Como hace veinte años, también hoy, con la satisfacción del segador que espiga, con la profunda convicción de que se está sirviendo al Hombre, a la Sociedad, a la Patria y a Dios, entregamos este nutrido grupo de nuevos profesionales, con sentimiento esperanzado de que harán el bien.

Yo os invito a la rectitud y a la excelencia; todo lo recibido en el CEIPA, os nutra en el camino, y guíe todos vuestros pasos ese Niño que ya llega; seguid la Estrella que señala su cuna, y haced realidad con vuestro actuar su más ferviente deseo; sed hombres de buena voluntad, para que haya paz sobre la tierra.

Antonio Mazo Mejía
Medellín, 14 de diciembre de 1990

Antonio Mazo Mejía - Fundador CEIPA
"Hoy se vive en la civilización de la imagen y en una cultura predominantemente informatizada; saber pensar, analizar, elegir, decidir, comunicar, son imperativos aprenderes".
Antonio Mazo Mejía - Fundador CEIPA
Antonio Mazo Mejía
Fundador CEIPA