Cuando fundamos el CEIPA (en 1972) éramos conscientes, como lo somos hoy, y como no podemos dejar de serlo mientras tengamos la responsabilidad de la Institución, que la Biblioteca constituye el apoyo básico para el aprendizaje; de ahí nuestro permanente esfuerzo para actualizarla y dotarla.
Cuando se abrió el CEIPA, aporté unos libros (120) de mi biblioteca personal, los cuales aún pueden observarse allí; en ellos está mi nombre, la fecha de adquisición, costumbre que aún conservo, para mis libros de uso personal, pues al volver sobre ellos al cabo de los años nos permiten medir la evolución de nuestro pensamiento.
Como es lógico, debido a mi formación inicial, la mayoría de estos libros son de filosofía, literatura, crítica literaria, ensayos filosóficos –literarios, etc. También aporté libros que me habían servido para mis estudios en Francia, todos sobre educación.
Con ellos empezó la Biblioteca del CEIPA; luego empezamos las adquisiciones: Los primeros fueron «La Sicología» de Velásquez y la «Sicología Industrial» de Siegel; a estos les siguió la administración de Terry. Luego algunos manuales de psicometría, contabilidad, códigos, etc.
En diciembre de 1972, una alumna del CEIPA, Argemira Cañola, hizo la primera y única donación en dinero que había recibido el CEIPA en su tiempo de actividades; esa donación se destinó a la biblioteca. Sea la oportunidad para renovarle nuestra gratitud.
En años posteriores, algunos profesores e instituciones han contribuido con obras para la biblioteca; a ellos también nuestro sincero reconocimiento.
Anualmente el CEIPA destina una parte de su presupuesto para la biblioteca; es así como continuamos tratando de dotarla y formarla.
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Antonio Mazo Mejía
Rector CEIPA
