Época de grandes y profundas transformaciones

Coincide la iniciación de la vida profesional de quienes hoy se gradúan con una serie de hechos históricos que registra el país, tales como el nuevo orden constitucional, la apertura que se opera en varios sectores, el proceso de paz que avanza, el desmonte de algunas organizaciones del narcotráfico, entre otros.

Estos acontecimientos ameritan la reflexión de todos los colombianos y -especialmente- de quienes por su carácter de profesionales tienen mayor responsabilidad en la vida del país.

Colombia empieza a ser otra, y con los cambios que en la actualidad se están operando, son muchas las cosas que quedan atrás.

El gigantismo del Estado tiende a desaparecer y a ser reemplazado con diferentes grados de descentralización, que necesariamente tendrán que repercutir en mayor eficacia de la administración pública.

Los vacíos del Estado serán llenados con presencia de Estado, como consecuencia del proceso de paz que se adelanta; la cultura de la violencia, de la destrucción y de la muerte, empieza a ser reemplazada por la cultura de la reconciliación, por el desarme de las manos y de los espíritus y por el restablecimiento del orden.

El país empieza a sentir que hay un clima de tranquilidad porque sabe que el narcoterrorismo empieza a ser conjurado; y los colombianos todos, y especialmente los antioqueños, hemos aprendido, en trágica y amarga clase, la lección de que el diálogo, la comprensión y el perdón, son más fecundos que el orgullo, la obstinación, la fuerza y el odio.

En fin, las profundas transformaciones políticas que se vienen dando en países lejanos repercuten favorablemente en el nuestro, al dejar a los alzados en armas sin una ideología que fundamente su posición y sin un apoyo logístico que fortifique su acción.

Es pues, en época de grandes y profundas transformaciones, cuando ustedes adquieren su compromiso profesional con ustedes mismos, con sus familias y con la patria.

El ejercicio profesional recibe a cada época, en cada día, nuevos requerimientos que van más allá de las connotaciones específicas de cada profesión.

Hoy la sociedad nos reclama nuevas responsabilidades; el país está cansado de la corrupción en todos los órdenes, y hoy más que nunca se clama por la honestidad; la sociedad no resiste más tanta injusticia, y hoy se nos pide que contribuyamos decididamente para que se extermine la injusticia social que nos agobia; la sociedad nos reclama que seamos más generosos y más solidarios; pero sobre todo, Colombia espera que cada colombiano sea constructor de paz.

Desarmar nuestros espíritus de toda agresividad, de todos los odios, de todos los resentimientos, y asumir posiciones comprensivas y generosas, es abrirle espacios a la paz.

A lo largo de sus estudios en el CEIPA son muchas las ocasiones en las cuales ustedes han recibido enseñanzas de integridad, de ética, de servicio, en una palabra, de los auténticos valores que realizan al hombre, y cuyo olvido y ausencia nos han generado tantos males.

Más importante que desearle a uno éxito en la vida, es que le digan cómo se conquista el éxito. Pues bien, tengan ustedes la seguridad de que la prosperidad y el éxito les acompañarán, si son fieles a esos valores de integridad, de honestidad, de solidaridad y de justicia.

El CEIPA da fe hoy, en nombre de la República de Colombia, de que ustedes son profesionales idóneos, y estamos seguros también de que son personas íntegras. Idoneidad profesional e integridad personal les acompañen siempre, y gocen ustedes de la prosperidad, el éxito y la satisfacción de ser útiles a la familia, a la sociedad y a la patria.

Antonio Mazo Mejía
Medellín, 28 de junio de 1991

Antonio Mazo Mejía - Fundador CEIPA
"Desarmar nuestros espíritus de toda agresividad, de todos los odios, de todos los resentimientos, y asumir posiciones comprensivas y generosas, es abrirle espacios a la paz".
Antonio Mazo Mejía - Fundador CEIPA
Antonio Mazo Mejía
Fundador CEIPA