La promulgación que hacemos hoy de estos profesionales reviste una especial significación, porque es ésta la primera promoción que egresa de la Fundación Universitaria CEIPA.
Esta circunstancia adquiere su sentido en el compromiso de la Institución, como empresa generadora de futuro.
Hoy, más que nunca, las entidades educativas tienen el imperativo de orientar su rumbo y el de los integrantes de sus comunidades hacia el futuro.
Porque la dinámica del cambio es vertiginosa y las incidencias de los cambios que se operan permanentemente son profundas, el profesional de hoy debe caracterizarse por su capacidad de asimilar los cambios, de orientarlos, de producirlos, de gerenciarlos, de hacer que el cambio sea un factor de progreso y no un obstáculo para el desarrollo.
Hay profesionales que se comportan en sus puestos igual que la maleza en los campos; se limitan a absorber los nutrientes de la tierra, y vegetan y vegetan, sin producir nada; esos son los incapaces y mediocres; y como la maleza no tienen otro destino que el ser erradicados de las instituciones.
Los profesionales constructores de futuro, los impulsores del progreso, los triunfadores, son aquellos que seguros de sí mismos, se desempeñan con autonomía y, más que repetir la rutina de un oficio, están siempre en dimensión de interrogación, de creatividad, de búsqueda de nuevas posibilidades, en una palabra, de progreso; éstos son los generadores de futuro.
El país que necesitamos construir hoy requiere de gerentes del cambio; hombres con visión de futuro, comprometidos con el progreso en todos sus órdenes: En lo económico y en lo humano; en lo económico, porque el progreso material es indispensable al hombre como sustrato que propicie su desarrollo integral; y en lo humano, porque es éste el ámbito en el cual el hombre encuentra su plena realización.
Solamente quienes fundamenten su calidad profesional en su riqueza humana pueden ser artífices de un país más próspero, en donde se privilegien las condiciones necesarias para la convivencia civilizada.
Luchar para que todo aquello que sea confiado a nuestra competencia profesional se enrute hacia el progreso es el gran reto que hoy se os plantea al adquirir la condición de profesionales, egresados de una institución generadora de futuro.
Mi invitación hoy es a asumir el compromiso de los triunfadores; al iniciar la tarea de cada día, recordad que el principal objetivo es hacer bien lo que os corresponde hacer, y en la búsqueda de hacerlo mejor cada vez, se generará el cambio; en la tarde, revisad la tarea, y si el objetivo está logrado, podréis disfrutar de la satisfacción del deber cumplido; entonces, descansad con la plenitud de los triunfadores.
Y así un día, y otro día, y cada día, y todos los días de la existencia, se construirá una tarde apacible, irradiada con las luminosidades del éxito; conquistadlo.
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Antonio Mazo Mejía
Medellín, 25 de junio de 1993