Cada logro conquistado en la vida, cada meta alcanzada, cada objetivo realizado, nos plantean siempre retadores interrogantes que no debemos dejar pasar por alto, tales como: ¿Y para qué me sirve lo que ahora he conseguido? ¿Y esto qué le aporta a mi vida ? ¿Qué puedo esperar a partir de aquí y hacia delante?
Estos y muchos otros interrogantes similares, sí que son válidos en días como hoy, en los cuales se alcanzan metas tan importantes como es la finalización de una carrera, máxime cuando el cursarla exige tantos esfuerzos, privaciones y sacrificios; por ello es válido que intentemos esbozando apenas, algunas posibles respuestas a tan interesantes interrogantes.
En el título profesional que hoy van a recibir, deben saber hacer las lecturas de las diferentes y profundas significaciones que allí se encierran.
Este título les recompensa y premia por todos los esfuerzos realizados, por todos los sacrificios hechos, por todas las privaciones que tuvieron que soportar para llegar exitosamente al día de hoy, y por eso es muy merecido que reciban las felicitaciones y los agasajos de parte de sus familias, empresas y amistades.
También este título les coloca en el selecto y minoritario número de colombianos que han sido privilegiados con el acceso a la educación superior y la culminación de una carrera, y ello les está diciendo que como sujetos de una mayor educación, tienen que asumir ese privilegio como un compromiso con la familia, la sociedad y el país; no recibimos más educación para ampliar la brecha de nuestras clases sociales, que tantos problemas nos genera, sino para comprometernos en disminuirla hasta llegar a su abolición total.
Ese título encierra también una comprometedora invitación a aportarle a Colombia todo lo más que esté a nuestro alcance para que su proceso de desarrollo y su camino hacia la competitividad se vean fortalecidos cada vez más con el concurso de profesionales que son conscientes de que el futuro de un país depende del compromiso de todos sus integrantes y en especial de quienes están mejor preparados para asumir los grandes retos que plantean las transformaciones políticas, económicas y tecnológicas que se dan en el mundo de hoy.
Un título profesional es también una declaración que nos compromete con la integridad personal, con la ética profesional, con la transparencia en todas nuestras acciones, en una palabra, con esa dimensión axiológica de todo ser humano, y la cual debe ser el sustrato que fundamente con solidez nuestro proyecto de vida.
Especial significado adquiere hoy en Colombia un título profesional, cuando el país está comprometido en eliminar muchos de los males que lo aquejan desde hace varias décadas; la consolidación de una economía que dé oportunidades a todos, la construcción de una sociedad civil regida por claros sólidos principios de ética que garanticen la convivencia civilizada, que propendan por la eliminación de la injusticia social, y que allanen los caminos que conducen a la paz, son compromisos de todos los colombianos, y en mayor medida, de todos los profesionales que por tener más y mejores conocimientos, podemos aportar más.
En fin, un título profesional, es una permanente invitación a la ejecución de mi proyecto de vida, el cual, como es apenas lógico y natural a nuestra condición humana, es un proyecto que debe tener altas, ambiciosas y nobles metas, que, desde luego, son legítimas formular, pero que lo importante es que me comprometan a ser una persona en constante superación, siempre innovando, siempre renovando, siempre buscando ser más y mejores, como personas y como profesionales.
Muy apreciados graduandos: Al felicitarlos hoy por este gran avance en sus vidas, les deseamos que tengan muchas conquistas más y muchos éxitos hacia el futuro, y que enriquezcan sus vidas con la satisfacción del deber cumplido a cabalidad, con el orgullo de figurar siempre entre los mejores, y con la grandeza de saber estar siempre al servicio de los demás.
Que el Señor, cuya venida a nosotros empezamos a conmemorar, les oriente, ilumine y asista, para que sus vidas estén siempre fecundadas por un permanente renacer, por una fecunda navidad que dé plenitud y sentido a sus existencias.
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Antonio Mazo Mejía
Sabaneta, 17 de diciembre de 2004
