Muy apreciados graduandos,
Culminan ustedes hoy una importante etapa de sus vidas con la obtención de estos títulos que los acreditan como profesionales y especialistas en diferentes áreas de la administración; es un avance más y muy importante en su preparación para la vida.
Estos títulos que reciben hoy, constituyen un gran privilegio; son realmente muy pocos los colombianos que pueden gozar del acceso a los niveles superiores de la educación; pero además de privilegio, son un invaluable presupuesto para la realización de sus proyectos de vida ; ellos acreditan que poseen ustedes un importante bagaje a partir del cual, pueden atender con propiedad y eficiencia diferentes campos de la administración, y al hacerlo, traten siempre de hacerlo lo mejor posible, porque con esa búsqueda permanente de la calidad y la excelencia en nuestro desempeño profesional, no solamente estamos prestando el mejor servicio a las empresas y a las personas, sino que ello es fuente de grandes satisfacciones interiores que enriquecen nuestras vidas; una de las mayores riquezas que podemos disfrutar, es la satisfacción del deber cumplido a cabalidad.
Como poseedores de una educación superior, busquen siempre comportarse como seres superiores, y para ello, tengan mucha claridad en cuáles son las decisiones que van a tomar para buscar su plena realización personal; permítanme plantearles algunas interesantes opciones en las cuales encontrarán abundantes oportunidades para enriquecer sus vidas, o como es moda decirlo ahora, para construir sus proyectos de vida.
Tengan muy presentes los valores como esas realidades que le dan sentido a nuestras acciones; rectitud, honestidad, transparencia, equidad, justicia, verdad, solidaridad entre otros muchos, son algunos de los valores que le confieren a nuestras acciones una dimensión de humanismo, un algo que las caracteriza y las distingue de aquel actuar que se agota en el frío hacer del funcionario carente de proyección personal; los valores consolidan y cualifican nuestro desempeño profesional, y simultáneamente llenan, enriquecen y alegran nuestras vidas.
Sean muy conscientes de que, como seres inteligentes y libres, y ahora poseedores de un saber profesional, deben ser también agentes responsables de la historia; todos los seres humanos tenemos el compromiso de aportar a la consolidación de un desarrollo sostenible, a la construcción de un mundo mejor, de una sociedad humanizada en la cual el respeto a los derechos de la persona privilegie una convivencia civilizada, y donde la justicia social sea presupuesto para la paz.
La realidad actual de nuestra historia nacional, nos está exigiendo a todos los colombianos que como personas de bien, cada uno de nosotros, desde las responsabilidades que se nos han confiado, trabajemos por la erradicación de la injusticia social y de la violencia, para hacer de Colombia un país próspero y pacífico; son muchas las riquezas que hoy están malogradas, pero que con el concurso de todos los colombianos en un futuro próximo, las podremos disfrutar generando equidad y justicia social para todos nuestros compatriotas.
Como profesionales debemos retribuir a la sociedad aportándole todo lo que esté a nuestro alcance para su progreso; ¿qué hemos hecho nosotros para merecer el privilegio de la educación que hemos recibido y para disfrutar de todas las oportunidades que nos permiten disfrutar de la calidad de vida que tenemos? Pensemos en tantos y tantos compatriotas cuyas circunstancias son muy diferentes a las nuestras; esos privilegios que inmerecidamente hemos recibido, deben traducirse en fuentes de equidad, de justicia, de oportunidades y de prosperidad para otros; por eso debemos trabajar con honestidad, rectitud y poniendo toda nuestra idoneidad profesional en el cumplimiento de nuestros deberes, para así aportar al desarrollo del país.
Esa realidad nacional que tenemos hoy, y de la cual la injusticia social, la violencia y la crueldad nos avergüenzan ante todo el mundo, tienen que ser para nosotros una invitación a transformarlas en condiciones de civilización, de equidad, de seguridad y de paz para todos.
Hagan del servicio generoso, desinteresado y altruista, una fuente de crecimiento personal; entre las realidades que más le aportan a nuestra felicidad y a nuestra realización como seres humanos, está el servicio a nuestros semejantes; todos necesitamos de todos; es mucho lo que podemos hacer por los demás, y también es mucho lo que necesitamos de ellos; recordemos que la vida nos retribuye en la misma proporción en que damos; nuestra mezquindad será retribuida con mezquindad, y nuestra generosidad se verá copiosamente recompensada con generosidad; pero que no sean nuestra ambición y nuestro interés los generadores de nuestro servicio a los demás; el servicio que prestemos a otros, será tanto más fecundo en felicidad para nosotros, cuanto más necesitado de él esté aquel a quien sirvamos, y cuanto mayor sea nuestro desinterés al servir.
En la familia encontrarán las mejores opciones para realizarse como personas, ya que ella constituye el hábitat por excelencia del amor; como hijos, esposos, padres, y como buenos parientes en general, hagan de sus vínculos familiares una ocasión más para enriquecer sus vidas.
Cuando nos esmeramos por constituir buenas familias, por incrementar y robustecer sus valores, estamos haciéndole un gran aporte, no solamente a quienes la integran, sino a la sociedad; el tejido social será tanto más robusto y la sociedad tanto más próspera, civilizada y pacífica, cuánto mejores sean las familias que la constituyen.
Muy apreciados graduandos: Reciban de toda la comunidad Universitaria del CEIPA nuestras sinceras congratulaciones por el logro que hoy alcanzan; nuestros mejores los formulamos hoy para que ustedes obtengan de su ejercicio profesional, mucha prosperidad y muchos éxitos; que la dimensión humana de sus acciones fecundice y enriquezca sus vidas, y que el Señor les ilumine, asista y proteja siempre.
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Antonio Mazo Mejía
Sabaneta, 15 de diciembre de 2007
