Discurso de grados

¡Buenas noches!

Hoy nos convoca una razón especial. Los protagonistas de esta velada, nuestros graduandos, hacen una pausa en el camino para departir con sus maestros, familiares y amigos y, así, celebrar el final de esta etapa.

No es un suceso menor. Hoy terminan jornadas de desvelo, lectura, debate y reflexión. Cada uno de ustedes llegó a la institución con un sueño y éste motivó el esfuerzo y la dedicación.

El diploma que hoy recibirán simboliza el reconocimiento social a dicho esfuerzo. En hora buena, profesionales y especialistas.

Pero la vida no es un álbum de fotografías aisladas, vivimos una película llena de secuencias que se entrelazan. La vida es un proceso sistémico de motivaciones, esfuerzos, logros y nuevas motivaciones. Somos soñadores incansables con la capacidad inobjetable de materializar nuestras ideas.

Así que, el segmento que termina hoy, el de esta faceta de universitarios, es a la vez el inicio de otra: cada uno de ustedes escribirá el guion de la secuela por venir.

A esta parte de nuestro discurso la llamaremos: Misión Cumplida.

Ahora, la continuación de la saga será inspirada en el guion de sus más preciados sueños.

Comprometidos con sus familias, con sus aspiraciones personales y con la sociedad, darán rienda suelta a nuevas aventuras. Thoreau nos decía: “Avanza con confianza en la dirección de tus sueños. Vive la vida que has imaginado”.

Pero cada etapa de nuestra vida está marcada por un momento histórico y un futuro incierto.

Como profesionales y especialistas ahora tenemos un compromiso con los retos contemporáneos y futuros de nuestras empresas, de nuestra sociedad y del planeta.

En consecuencia, debemos compaginar los sueños con aquello que nos reclama el momento histórico. No debemos ser inferiores al compromiso de nuestros tiempos.

El momento histórico que nos tocó vivir es particularmente complejo y el reto de magnitudes planetarias. Pero como nos lo enseña Abraham Lincoln, «la probabilidad de perder en la lucha no debe disuadirnos de apoyar una causa que creemos que es justa».

La causa que nos compromete con el futuro es la del Liderazgo Consciente.

Amigos administradores, contadores y gerentes, ustedes hacen parte de una cosecha que florece en tiempos de grandes retos sociales y de la mayor crisis ambiental. Y las empresas tienen un papel trascendental que jugar en la solución de estos retos.

En 1972 el Club de Roma encargó a un grupo de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) un informe sobre la relación entre el crecimiento económico y el desarrollo sostenible. En su informe se advertía:

“Si la industrialización, la contaminación ambiental, la producción de alimentos y el agotamiento de recursos mantienen las tendencias actuales…, este planeta alcanzará los límites de su crecimiento en el curso de los próximos cien años. El resultado más que probable sería un súbito e incontrolable descenso de la capacidad industrial”.

Han pasado ya 47 años desde este pronóstico, el inexorable paso del tiempo sigue su marcha y la humanidad no parece entender razones.

Como decía Rachel Carlson, «en una época en que el hombre se ha olvidado de sus orígenes y está ciego respecto a las necesidades más esenciales para su supervivencia, el agua, junto con otros recursos, es víctima de su indiferencia».

Esta realidad nos reta. Y así nos indica Gunter Pauli: “Para acabar con el desempleo, la malnutrición o la contaminación, es necesario adoptar una nueva conciencia”.

En 1992, Gunter Pauli era un empresario que construía una fábrica ecológica que producía y vendía detergentes biodegradables – ¡qué loable causa!- Pero, para elaborar su producto, basado en el aceite de palma africana, requería cantidades industriales de materia prima y para eso se devastaban grandes extensiones de bosque tropical, destruyendo así el hábitat natural de los orangutanes de países como Malasia o Indonesia. Esa contradicción llevó a Pauli, entonces padre de hijos adolescentes, a preguntarse cómo dejar un mundo mejor para ellos.

En 1994, convocado por la Universidad de las Naciones Unidas creó Zeri, una fundación que busca, desarrolla e implementa modelos de negocios que generen capital social y crean puestos de trabajo, a la vez que reducen el consumo de insumos y eliminan la producción de desperdicios contaminantes.

Graduandos, el reto está vigente y ya contamos con experiencias exitosas que evidencian que el camino se puede recorrer. ¡Se debe recorrer!

Por lo anterior, ante esta realidad, no podemos pensar únicamente en el bienestar financiero de las organizaciones, hay que tener en cuenta los empleados, la cultura y, en general, el bienestar de la sociedad.

Todo ello con una perspectiva de largo plazo. Como reza el proverbio chino: Una generación siembra los árboles para que otra reciba la sombra.

Ustedes, los líderes conscientes de nuestra era, deben inspirar su desempeño estratégico en cuatro principios básicos:

  • Propósito elevado. Más allá del interés de las empresas, el de lograr un mayor retorno de sus inversiones, la meta debe ser pensando en el bienestar de la sociedad y en los valores que son la base de tu compañía. Inspira a otros a desarrollar y a trabajar de la misma forma.
  • Orientación integral. Las compañías están compuestas de personas, lo que implica que tanto las relaciones internas, como las que existen con tus stakeholders deben ser saludables: si tus empleados sienten el apoyo de sus líderes, esto se verá proyectado hacia toda tu red de vínculos.
  • Liderazgo consciente: Visión, pasión, talento e inspiración son características implícitas de los líderes que tienen claro que los beneficios que sus productos ofrecen son para mejorar la calidad de vida de las personas. Si entendemos que el lucro debe pensarse como un bien social, entonces, se generará valor para todos los grupos de interés.
  • Cultura consciente: Los valores, principios y prácticas que cimientan la estructura de sus empresas se transmitirán a los grupos de interés. El entorno se inspirará en una nueva cadena de valores.

Sin embargo, es muy fácil caer en la tentación de creer que este tipo de mensajes es para otros, que yo soy un pequeño punto en el universo como para creer que puedo hacer la diferencia. Pero esa perspectiva menguante de mis posibilidades es un error.

Dicen que soy héroe, yo débil, tímido, casi insignificante; si siendo como soy hice lo que hice, imagínense lo que pueden hacer todos ustedes juntos. Mahatma Gandhi.

Esto me recuerda a La Casa de Carlota y su Activismo Creativo.

Esta organización, que mezcla la creatividad de chicos autistas con otros que tienen Síndrome de Down es una empresa de diseño que no busca generar lástima a los clientes, sino ser identificada por su estética y particularmente por su diversidad creativa.

El Activismo Creativo que practica La Casa de Carlota es una manera de impulsar el crecimiento y la reputación de las marcas a través de estrategias, ideas, diseños y proyectos transformadores, basados en la diversidad creativa de los integrantes de su equipo de trabajo, a partir de propósitos más humanos y sociales.

En nombre de nuestra Institución, invitamos a nuestros egresados a ser gestores de cambio, a llevar la llama del Desarrollo Sostenible a todas sus organizaciones y a servir de inspiración para sus colaboradores, sus clientes, sus proveedores e, incluso, sus competidores.

Graduandos y familiares: Felicidades por este logro. Que el éxito que hoy celebramos los catapulte para llevar más allá sus sueños y aspiraciones.

Felicitaciones.

Diego Mauricio Mazo Cuervo
Sabaneta, 18 de octubre de 2019

Diego Mauricio Mazo C. - Rector CEIPA
"La vida es un proceso sistémico de motivaciones, esfuerzos, logros y nuevas motivaciones. Somos soñadores incansables con la capacidad inobjetable de materializar nuestras ideas".
Diego Mauricio Mazo C. - Rector CEIPA
Diego Mauricio Mazo Cuervo
Rector CEIPA