Discurso día del maestro

Hoy se me llena el corazón de alegría, la vida es buena y nos da la posibilidad de celebrar juntos este día tan especial para nuestra Institución.

No es un día cualquiera, ni en un año cualquiera, es sin lugar a dudas uno de esos años que marcará un punto de inflexión en la historia de nuestra Institución.

No ha sido fácil llegar hasta el día de hoy, en mi caso, me ha costado más de 20 horas de viaje, que a la hora de la verdad no son nada comparados con los diferentes momentos que hemos vivido en estos 50 años.

Celebrar el día del maestro cuando nuestra Institución cumple sus primeros 50 años y le podemos mostrar con orgullo a Colombia un modelo educativo diferente, pertinente e innovador que es capaz de repensarse para enfrentar los retos que la sociedad demanda; es más que suficiente para que celebremos el día de quienes lo han hecho posible, los Maestros CEIPA.

Por eso toda mi gratitud para ustedes, por soñar que se puede transformar vidas para construir un mejor país. Desde su labor del día a día en las aulas, manteniendo ese espíritu de beta permanente para alcanzar las metas que como Institución nos hemos trazado.

En esta noche de gala donde reconocemos la labor de todos los maestros CEIPA, es imperativo recordar al maestro que inspiró y dio las bases de este proyecto educativo, nuestro fundador Antonio Mazo Mejía y a mi madre María Teresa Cuervo de Mazo, que sin frecuentar las aulas es una maestra de vida, con su ejemplo, dedicación y consejo diario, nos enseña a enfrentar este camino de vida.

Hoy no quiero referirme a lo que como Institución hemos alcanzado, ustedes bien lo conocen, son sus logros.

Hoy quiero invitarlos a que me acompañen a recibir la Condecoración Mariscal Jorge Robledo en categoría Oro, el próximo miércoles 25 de mayo a las 10:00 a.m., para que recojamos este gallardo reconocimiento de la Asamblea Departamental de Antioquia.

Este y todos los reconocimientos que hemos recibido este año, son el motor, la fuerza que nos impulsa a soñar en grande y a comprometernos cada día con ese propósito superior.

Varias veces me han escuchado decir que en educación cuando uno alcanza una meta, se le abre un horizonte de nuevas posibilidades. Hemos alcanzado la meta de acreditarnos institucionalmente y posicionado como una de las mejores escuelas de negocios en Colombia. Es el momento entonces de emprender nuevas aventuras.

La semana pasada, firmamos el acuerdo de afiliación a la red Cintana y de cooperación con Arizona State University, la Universidad número uno en innovación en los últimos siete años consecutivos en Estados Unidos.

Este acuerdo es el catalizador que nos permitirá tener acceso al acervo intelectual de esta universidad, éste se traduce en acceso a los currículos, materiales, investigaciones conjuntas, global clases, intercambio estudiantil y de profesores, dobles titulaciones y mucho más.

Nuestro sueño sigue siendo el mismo que definimos en el 2017, hoy contamos con un aliado de talla mundial, quien será nuestro compañero en este apasionante viaje.

Para conquistar estos nuevos puertos necesitamos de los mejores, ser mejores y el compromiso total en las metas propuestas. Nuestro rol de maestros hoy cobra mayor relevancia e importancia para la sociedad y para el CEIPA.

Ser maestro hoy no es fácil. Gabriel Jaime Arango Velásquez nos lo recuerda en su libro valor social de la educación y la cultura; desde la promulgación de la Constitución de 1991, nuestro país se encuentra sometido a un acelerado proceso de reconfiguración de su identidad sociocultural, institucional, administrativa, económica, territorial; que como es lógico suponerlo, pasa por la redefinición del perfil de los ciudadanos y de sus profesionales, entre quienes se encuentran el del maestro, protagonista de primera magnitud en los procesos de formación personal y comunitaria.

De sus maestros, la comunidad colombiana espera lo que sólo ellos, por sus características personales, profesionales y laborales, estén en condiciones de ayudarles a conseguir: mujeres y hombres capaces de asumir con entereza, dignidad, autonomía y actitudes democráticas, la construcción permanente del ser, despertarles la conciencia para que sean los arquitectos de su propio destino, tanto en lo individual como en lo colectivo, sin renunciar jamás a las aspiraciones profundas que se gestan en los ámbitos de la libertad, la justicia y el trabajo.

Como maestros debemos ser para nuestros estudiantes el espíritu que los orienta y guía en su destino, renunciando a nuestras preferencias ideológicas y sesgos históricos, que les descubre el horizonte de lo posible, que los incita a la creación, que les seduce por el conocimiento que posee y les presagia, que les acompaña en la conquista de la libertad y los prepara para vivir la solidaridad, el amor, la responsabilidad y los demás valores fundamentales para la construcción de una sociedad prospera.

Permítanme recordar a nuestro fundador Antonio Mazo Mejía, en una de sus reflexiones para los maestros:

Es difícil encontrar una profesión más noble, más gratificante y más comprometedora que la del maestro, porque ser maestro es ser artífice de hombres y mujeres.

Enseñar es transmitir conocimientos, pero educar, es privilegiar valores para que desde ellos se realice la persona.

Más allá de las cosas que se enseñan, más allá de las orientaciones que se dan, está el mensaje de lo que somos, el mensaje de nuestra corrección, nuestra rectitud, nuestra dimensión humana.

Nuestros alumnos nos apreciarán, nos valorarán y nos recordarán más por lo que somos, que por lo que sabemos.

Así como para enseñar hay que repasar, investigar, estudiar y aprender a cada momento, para enseñar a ser, hay que crecer personalmente a cada instante.

Se puede ser burócrata, oficinista o funcionario ocho horas al día; se es maestro veinticuatro horas sobre veinticuatro.

Para crecer a cada hora como maestro, hay que estar comprometido con crecer a cada instante como persona.

Hay que amar, amar lo que se es y amar lo que se hace; enriquecer la vida siempre con amor y no acostumbrarnos a ser maestros.

“Nada enriquece tanto la existencia como el ponerla al servicio de los demás, máxime cuando el servicio se traduce en ayudar a otros a ser.

En las aulas se dejan huellas del saber, en las personas se dejan huellas del ser.

Caminar un camino sin dejar huellas en él, es como escribir nuestro nombre en la arena, y que el mar se lo lleve con la fecha de ayer.” 

¡Feliz Día del Maestro!

Diego Mauricio Mazo Cuervo
Medellín, 20 de mayo de 2022

Diego Mauricio Mazo C. - Rector CEIPA
"No necesitas venderte para ser exitoso, ni abandonar tus planes para ser feliz".
Diego Mauricio Mazo C. - Rector CEIPA
Diego Mauricio Mazo Cuervo
Rector CEIPA